Tres son los principales tipos de roca presentes en la Sierra de Andújar donde nos encontramos, granito, cuarcita y pizarra, siendo el granito compuesto por cuarzo, feldespato y mica la estrella del paisaje.

La fragmentación y disgregación del granito en contacto con la atmósfera, el agua y la acción de los seres vivos, “meteorización”, y su acción da lugar a diferentes tipos de relieves y formas: berrocales, bolos aislados, piedras caballeras, arenales y superficies planas con pilancones o pilas, todas ellas típicas de la zona y que podrás divisar fácilmente.

Sobre estos suelos esqueléticos crecen plantas rosáceas junto a especies de musgos y líquenes que pese a su modesta talla conforman un hábitat de interés comunitario.

Podrás localizar especies de estos organismos no solo en rocas y suelo a modo de escamas tapizando la piedra en tonos ocres, grises, verdes...sino también en ramas y restos vegetales, como cabelleras verdes, indicadores de la buena calidad ambiental del aire. 

En Finca El Altozano existe una gran biodiversidad. Con una altitud media de 585 m y un clima mediterráneo templado, de inviernos suaves y veranos calurosos y secos, y con precipitaciones de entre 600 y 800 mm anuales, se crean las condiciones adecuadas para la existencia de una rica variedad de fauna y flora; además la orientación de las laderas, la altitud, y las características del suelo proporcionan un ecosistema singular con encinas, alcornoques, acebuches, madroños y quejigos, cornicabra, labiérnagos y agracejos  sin olvidar diferentes tipos de denso matorral de monte bajo, que medran allí donde el bosque ha sido degradado o donde las condiciones edafológicas no permiten el desarrollo de formaciones arbóreas. Aromáticas como el romero y el cantueso, la retama, diferentes especies de jara jaguarzos como la jara pringosa o de ládano cuya misión es segregar ceras y aceites que impiden la desecación y también lentiscos y coscojas crecen rápidamente y protegen el suelo que, sin la protección de los árboles, podría perderse rápidamente con la acción de la lluvia y la escorrentía.

A orillas de los arroyos estacionales adelfas, y otras plantas, como el taray y el tamujo crean una franja arbustiva en torno a sus cauces. No podemos olvidarnos de las orquídeas y lirios silvestres salpicando de color las laderas en primavera.

Dada la masa de pinar procedentes de antiguas repoblaciones forestales se realizan cada año labores de tala y clareo para devolver y mantener el ecosistema mediterráneo autóctono.

En este hábitat natural, y sobre todo en zonas donde la maraña vegetal está presente viven jabalíes, zorros, lirones, meloncillo y, por supuesto, conejos y liebres e infinidad de aves que buscan aquí refugio y los nutritivos frutos de algunos de los arbustos y plantas del entorno.

En estos apacibles montes de matorral y encina de Sierra Morena encuentran también su refugio familias de ciervos y los últimos ejemplares del lince ibérico – Lynx pardinus, depredador muy territorial sigiloso y solitario salvo en épocas de apareamiento (diciembre-enero) o cría (marzo-abril), muy difícil de observar en plena naturaleza por su reacción natural de mimetizarse con la vegetación, especie única y extraordinaria por su belleza y escasez de ejemplares en el mundo, pero a su vez frágil al depender sobre todo del conejo como alimento para su supervivencia; por ello para preservar la especie se realizan esporádicamente bajo la supervisión de la Junta de Andalucía sueltas de conejos. Mas activo durante el crepúsculo y la noche con los primeros rayos de sol el lince suele tenderse sobre piedras de granito para recibir el calor de la roca. 

Las urracas y los rabilargos abundantes en la reserva son buenos indicadores de la presencia cercana de linces y otros depredadores, ya que a través de sus sonidos y sus movimientos delatan su presencia.

Junto a estos pajarillos, conviven otros como el picogordo, alcaudón, curruca, chochín, carbonero, pinzón, abejaruco, abubilla, petirrojo, carpintero, oropéndola, herrerillo, colirrojo, y muchos más que según la época del año nos amenizan con sus sonidos y cantares. En estos parajes están representadas casi la mitad de todas las aves habituales en la península ibérica asociadas a los bosques, entre ellas destacan las rapaces; es territorio, entre otras, de águilas imperiales, reales, calzadas o culebreras, de buitres leonados y negros, de azores, halcones, alimoches, cernícalos, milanos, búhos, mochuelos, autillos o lechuzas.

Como parte de este entorno natural, sano y equilibrado no podemos dejar de mencionar nuestro cielo con certificado de calidad Starlight por su escasa contaminación lumínica y cerca del 60% de noches despejadas ideal para astrólogos y astrofotógrafos. Esta certificación avalada por el comité Man & Biosphere de la UNESCO, por la Organización Mundial del Turismo y por la Unión Astronómica Internacional así como por otros acuerdos medioambientales como el convenio RAMSAR, acredita esta sierra como los mejores lugares de Europa para observar el firmamento.

Con todos estos ingredientes maravillosos, flora y fauna de este pequeño rincón del mundo, ya solo te queda conectar y sentirte parte de él, es un regalo de la Naturaleza, disfrútalo.

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